BOLETUS EDULIS , EL REY DEL
OTOÑO
Cuando
preguntas a la gente de la calle acerca de cuando salen las setas te dicen que
solo salen en otoño; la mayoría de la
gente desconoce que casi durante todo el
año se pueden encontrar si se dan las
condiciones climáticas apropiadas. Ahora que está llegando el otoño, aficionados
y comerciantes, ansiosos con el comienzo de la temporada setera, empiezan a
salir masivamente en su afanosa búsqueda.
Los montes empiezan a poblarse de miles
de personas, y no es de extrañar
pues constituyen un rico manjar además de una
importante fuente económica de ingresos para las zonas productoras.
El
caso es que como cabe esperar los hongos no tienen un reloj biológico que se
active a una determinada fecha y haga
que aparezcan las setas sino que estas salen cuando coinciden una serie de
factores climatológicos como humedad y temperatura entre otros. Además a lo
largo de la geografía española las condiciones climáticas son muy diferentes
dentro de una misma estación, por ejemplo en la zona norte durante el verano es
posible encontrar especies que en el sur y oeste de la península salen a
principios del otoño, como es el caso de la especie que os presentamos.
Si
la climatología acompaña a finales de primavera con las lluvias, el calor
estival y hasta bien entrado el otoño
comienzan a asomar entre bosques de caducifolios y coníferas una de las
especies de hongos más apreciados, y por ello más buscadas, entre los micofagos
o aficionados a la gastronomía setera. Se trata del Boletus edulis, uno de los hongos más apreciados en los países
europeos, perteneciente a la familia de las Boletaceas o setas con poros y que da nombre a la
sección edules, de la cual forma parte.
El
Boletus edulis es una especie de
hábitos simbiontes, micorrícica, de amplia distribución geográfica, y con una
gran importancia y tradición popular en
los lugares donde se cría, como lo demuestran la multitud de nombres populares
por los cuales se los conoce. Ejemplos como Hongo Calabaza, Calabaza, Cep y Sureny
en Cataluña , Migueles en Soria, Onddo zuri en el Pais vasco, Porro en Aragón,
Cepè de Bordeaux en Francia, Funghi Porcini en Italia, steinpilz en Alemania o
King Bolete en Norteamérica corroboran lo
apreciados y bien conocidos que son.
Antiguamente
en la sierra de Albarracin en Orea
fueron los brigadistas internacionales que vinieron a luchar en la guerra civil
los que inculcaron a los lugareños su valor económico culinario y a partir de
entonces lo empezaron a recolectar principalmente para su venta, antes se le
daba para comer al ganado junto con otras especies. En la provincia de Soria
empezaron a recolectarse para su venta y autoconsumo hace unos 50 años y en la
zona del Pirineo de Benasque por ejemplo ni lo conocían prácticamente ni se
buscaba hace escasos 20 años.
Descripción
El
sombrero, de forma hemisférica a convexa aplanada, posee una superficie mate con cutícula seca que puede
volverse ligeramente viscosa en tiempo húmedo y al envejecer. De coloración marrón
más o menos oscura, parda, que en ejemplares muy jóvenes protegidos de la luz
es casi blanquecina. En la zona cercana al borde del sombrero presenta
una zona más blanquecina, al menos en ejemplares jóvenes, siendo menos
evidente a medida que van desarrollándose y madurando los ejemplares.
Su
tamaño es de mediano a grande, pudiendo alcanzar tamaños de hasta 30 cm de
diámetro de sombrero e incluso mayores, como un ejemplar encontrado en la isla
de Tenerife de tamaño récord, pues pesaba 1,750kg y media 38 centímetros de diámetro
pero se queda pequeño si lo comparamos
con otro recolectado en Escocia con 42 cm de diámetro de sombrero y 3,2 kg de
peso. Alucinante, no? Pues es lo que tiene crecer en una zona tan
húmeda, en general salen setas de mayor tamaño que en zonas más secas ya que
tienen mucha agua a su disposición.
El
himenio o parte fértil está formado por unos tubos largos, separables de la
carne, que terminan en unos poros de pequeño tamaño y del mismo color de los tubos.
Inicialmente de color blanco y conforme van madurando las esporas van cambiando
a amarillo y finalmente a amarillo
oliva, verde. Tanto los tubos como los poros no cambian de color con la
presión, al contrario que algunos congéneres y por otro lado son fácilmente separables
de la carne cuando están maduros. Sus esporas, de forma fusiforme, son de
coloración marrón oliva en masa.
Su
pie, obeso y ventrudo de joven, generalmente de color blanco crema, tiende a
hacerse más cilíndrico conforme va creciendo hasta una altura aproximada igual
al diámetro del sombrero. Esta dispuesto
en la parte central del sombrero y presenta una fina retícula de color blanco,
sobretodo en la parte alta, a modo de ornamentación que en ejemplares adultos
puede ser menos visible.
Su
carne es de color blanca y permanece inmutable al contacto con el aire, de
sabor dulce y suave, como a nuez o avellana. De consistencia dura y firme,
suele ser el alimento preferido de muchas larvas de insectos, así como de
limacos por lo que es muy frecuente encontrarlos con restos de larvas o bocados
de animales, aun siendo inmaduros. Todo aficionado que la busque habrá visto o
comprobado alguna vez esto y se habrá llevado
una desagradable sorpresa al llegar a casa y ponerse a limpiar los
ejemplares. Por ello siempre es recomendable limpiar los ejemplares en el campo
y evitar coger ejemplares maduros que
muy posiblemente acaben en la basura en vez que se deshagan en el bosque y
cumplan con su función reproductora.
Hábitat y distribución:
Los
hongos, al contrario que las plantas, son incapaces de producir compuestos vitales
para su desarrollo como carbohidratos o proteínas por lo que han de obtenerlos
de una fuente externa. La estrategia que siguen muchas especies con interés
comercial como los Boletus es asociarse con especies vegetales, árboles y
arbustos que si son capaces de producirlos estableciéndose una asociación de
mutuo beneficio entre ambos organismos. En esencia el hongo, a cambio de su
ración de carbohidratos, aumenta la superficie de absorción de la planta o
árbol proporcionando una mayor eficiencia en la captación de nutrientes
esenciales para ella como H2O,
fósforo, potasio y calcio. Con ello la especie vegetal crece más
vigorosamente y aumenta su resistencia frente a la sequia y a la congelación y
además posibilita que se desarrolle el hongo.
Aparece ampliamente distribuida por el hemisferio
norte en Europa, Asia y Norteamérica tanto en bosques de coníferas como de
caducifolios, en zonas de transición
entre el dominio atlántico y el mediterráneo. En el hemisferio sur no se
encuentra de manera natural y ha sido
introducido en Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda con fines comerciales.
Necesita zonas de humedad elevada, más de
600mm anuales y terrenos silíceos
soleados. Su periodo de aparición varía con la geografía pero desde finales de verano en zonas altas y húmedas hasta
bien entrado el otoño en zonas de media
montaña y más bajas puede aparecer hasta la llegada de las primeras heladas del
otoño. Es frecuente entre los 500 y 1000m de altitud tanto en la montaña como en
el llano, pudiendo llegar a cotas más altas en abetales y pinares. En la zona mediterránea suele aparecer por
encima de los 1000m.
Los
podemos encontrar tanto en bosques de pino rojo (Pinus silvestris), pino negro (Pinus
uncinata) y abeto (Abies alba)
como en bosques de robles (Quercus pirenaica), castaños (Castanea
sativa), abedulares (Betula pendula), hayas (Fagus spp) e incluso entre jarales (
familia Cistaceas) entre las zonas aclaradas y soleadas sobre suelos preferentemente
ácidos y bien drenados. Tiene una marcada preferencia sobre terrenos
siliceos y a menudo va acompañado de
helechos y brezos. En la península Ibérica nos la encontramos especialmente abundante en los castañares
y robledales de la cacereña sierra de Gata, en los pinares de la sierra de
Albarracín, serranía de Cuenca, la provincia de Soria y Burgos, en los valles
pirenaicos de Aragón, Cataluña y Navarra, en general en toda la vertiente norte
y centro salvo el sudeste peninsular.
Se
da la particularidad que cuando micorrizan con arboles como el pino rojo o el
pino negro necesariamente estos árboles han de tener una edad superior a los 20
años para que empiece la producción de boletus, al contrario que especies como
el Lactarius deliciosus que prefiere
pinos más jóvenes. Además cuando se asocian con Jarales de 4-5 años de edad
comienzan a fructificar si bien los ejemplares son más pequeños según estudios realizados por investigadores
del Centro Investigación Forestal de Valonsadero, todo un referente en
investigación micológica forestal.
Cuando
nos aventuramos en su búsqueda además de buscar sobre sustratos silíceos y
bosques abiertos de una cierta edad, los aficionados más experimentados contamos
con una pista más ya que existen algunas especies, comúnmente llamadas
chivatas, cuya presencia nos avisa que puede haber boletos cerca; es el caso de
la Amanita muscaria o hongo matamoscas y el Clitopilus prunulus o moixerdo de tardor por lo que resulta
interesante conocerlas ya que comparten hábitats y periodos de aparición.
Estudios
franceses han determinado que es una especie sensible a los choques térmicos; cuando
la temperatura media del suelo desciende de manera brusca de 15 grados comienzan
a formarse los primordios si la humedad es la adecuada. Y si la temperatura y
humedad se mantiene a partir de los 12- 15 días comienzan a aparecer los primeros ejemplares, siendo muy
importante que la temperatura media del
suelo no supere los 20 grados en las semanas posteriores. Normalmente tardan
una media de 11 días en alcanzar la maduración tras emerger del suelo (Martínez-Peña,
2003) y pueden llegar a ``vivir´´ hasta 25 días antes de su total
descomposición.
Siendo
una especie relativamente abundante en la península ibérica, de hábitos
gregarios aunque a veces aislada, no siempre sale con la misma profusión. Hay
años en los que tímidamente aparece mientras que otros años aparece por doquier;
por ejemplo en Pinar Grande en Soria en 1995 la producción de Boletus
edulis y Boletus pinophilus fue de 4 kg/ha mientras que en 1997
fue de 37 kg/ha según un estudio de Fernando Martinez Peña en 2002. En años muy
favorables su producción estar entre 100 y 400kg/ha. y año.
Principalmente las diferencias de producción
dependen de la climatología pero también son importantes las prácticas
culturales de aprovechamientos forestales llevadas a cabo como el aclareo
provocan un aumento de la producción a los pocos años de su ejecución.
Comestibilidad
Como
la mayoría de los hongos comestibles constituye un recurso alimentario
importante en la dieta pues es un alimento bajo en grasas e hidratos de carbono
y ricos en proteínas, vitaminas, minerales y fibra dietética. Además algunos
son ricos en oligoelementos esenciales como el selenio (Se) que tiene efectos antioxidantes y
estimuladores del sistema inmunitario entre muchos otros y que se encuentra
presente en elevadas concentraciones en Boletus
edulis y B. pinophilus. La parte
negativa es que también tienden a acumular mercurio (Hg) por lo que hay que
evitar recogerlos de zonas contaminadas o proximidades de núcleos urbanos y
moderar su consumo.
Son
considerados uno de los hongos más seguros de buscar para comer ya que no hay
especies mortales ni tóxicas semejantes.
Como
hemos comentado se trata de un excelente comestible que se puede comer incluso crudo
aunque esta no sea la forma de consumo más recomendable. De él
se aprovecha todo salvo el himenio, que es la parte donde se producen las
esporas, el cual conviene desechar, a ser posible en el monte, para evitar
ingerir cantidades ingentes de esporas que podrían provocarnos una reacción alergénica.
Confusiones posibles
La especie tóxica más cercana
es el Boletus satanas, que
tiene pie y poros rojizos, su carne
azulea en contacto con el aire y tiene preferencia sobre suelos calizos por lo que resulta
difícil confundirlos.
El
color blanco de su carne unido a la gran variabilidad cromática de su sombrero
hacen que sea relativamente fácil confundirlo con otros congéneres muy
cercanos también de carne blanca
inmutable como puedan ser Boletus
pinophilus, Boletus aestivalis y Boletus aereus, los tres excelentes
comestibles. Pero generalmente la
delicada y fina retícula blanca del pie, sobre todo en la parte
superior, lo diferencian de otros congéneres con retículo más marcado y de
coloración parda como el Boletus aestivalis
o Boletus pinicola. Además la ligera
viscosidad del sombrero en ejemplares adultos y
la presencia de una franja más clara en el borde de este que no está presente en el resto de especies
lo delatan.
También
se puede confundir con Tylopilus felleus,
especie que también presenta un retículo muy marcado de color oscuro, carne blanca de sabor amargo y tubos
inicialmente blancos que se vuelven rosados al madurar las esporas. Se
considera no comestible por el amargor de la carne y antiguamente se usaba como
amargante en sustitución de las hojas de la genciana en la preparación de
bebidas tónicas y refrescantes.
Menos
problemática que la anterior seria su confusión
con el Xerocomus badius o
boleto bayo, excelente comestible que suele salir preferentemente en coníferas,
de cutícula viscosa en tiempo húmedo y sombrero color pardo. Los tubos y poros
inicialmente son blancos y azulean a la presión, su carne blanquecina crema
azulea débilmente al corte y no tiene retículo en el pie.
Importancia
socio-económica
Constituyen
junto al Boletus pinophilus,
Lactarius deliciosus y las Morchellas las especie de mayor importancia económica que
aparecen en los bosques de pino rojo (Pinus
sylvestris y pino negro (Pinus nigra)
siendo una de las especies más apreciadas en la gastronomía francesa e italiana.
En las zonas productoras tiene una gran transcendencia social su recogida, por
ejemplo en la zona de los Pinares Soria- burgos el 62,5% de la población local
sale a buscar setas y de ellos el 65,3 % es población no activa, lo que
contribuye a crear una vinculación social con el monte según un trabajo
realizado por Fernando Martínez Peña y F. Rubio Benito del departamento de
investigación de Valonsadero en 2002. Pero no siempre fue asi, en la provincia de
Soria empezó a recolectarse para su venta y autoconsumo hace unos 50 años, en
la zona del pirineo de Benasque ni lo conocían prácticamente ni se buscaba hace
escasos 20 años. Antiguamente en la Sierra de Albarracin se le daba para comer
al ganado junto con otras especies como Suillus
spp antes de que los brigadistas internacionales que vinieron a luchar en
la guerra civil les dieran a conocer su valor culinario.
Su
elevado valor comercial, aparte del agradable sabor, proviene
de la consistencia de su carne que los permite cocinar de muchas maneras diferentes haciendo la delicia de
micófagos y de sus múltiples métodos de
conservación que admite. Con ellos se pueden hacer conservas, salmueras,
congelarlos o deshidratarlos para poder conservarlos más tiempo y evitar su
rápido deterioro. Preferentemente la forma más extendida de conservación es su
deshidratado, el cual posibilita
comercializarlos en este estado por todo el mundo en temporada y fuera
de ella. En temporada se suelen
comercializar frescos en mercados e incluso en
improvisados puestos al pie de la carretera.
Debido
a su alto valor socioeconómico constituyen un recurso forestal muy importante de cara al desarrollo de zonas
rurales y aprovechamiento de zonas forestales antiguamente gestionadas y ahora
en desuso. El problema principal es que ,al
ser una especie micorrícica, es muy difícil su cultivo, y aunque se están dando pasos agigantados en su
producción en parcelas controladas con plántulas inoculadas en vivero, para satisfacer la demanda tiene que recolectarse en el monte generándose
una gran presión recolectora sobre ella; Además, por si esto no fuera
suficiente, muchos recolectores, principalmente con fines comerciales, utilizan
rastrillos y otros utensilios prohibidos dañando el resto de setas, alterando
el hábitat y provocando un grave daño ecológico, muchas veces por
desconocimiento y falta de concienciación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario